Escribir y pintar, pintar y escribir.

Siento que ambas expresiones van muy de la mano. De hecho veo la pintura como una primera literatura, primitiva y emocional, carente de vocabulario pero plena en forma y color.

En la literatura el orden se obtiene a través de la magia del lenguaje. Una habilidad única de nosotros, los seres humanos. Y tal como la pintura o cualquier otra expresión, la literatura es un intento de comunicación. Una comunicación que pretender ser más directa, donde apostamos a un lenguaje de símbolos y significados especifico, aprendido. Es un lujo poder comunicarnos de esta manera.

Los siguientes escritos que te presento, los he ido creando y recopilando desde 2005. Espero que los disfrutes y que me cuentes en los comentarios qué te hicieron sentir.

Layra Giovanna
Auto-retrato 2005

Ahora

Un progreso lento y un poco a ciegas. 

A veces no se a donde voy, 
ni a donde me lleva...
Este amor por el amor.
Esta adicción a las estrellas,
fugaces.

No importa.

No hay que saberlo todo.
No hay que entenderlo todo.

Me conformo.
Me adapto.
Cambio.

Prefiero disfrutar todo lo que el 
presente me está dando.
¡Es un gran regalo!


Pan cotidiano

Esta mañana
disfruté de un coro de pajaritos en mi ventana. Me levanté
por primera vez en 7 días
hice la cama…
Mentira,
no hice nada.
Me quede remoloneando entre las sabanas, imaginando que me paraba
Y que miraba por la ventana…
Y así volvía otra vez y me dormía
Y me despertaba.

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El miércoles, julio 29, 2015 le dediqué un homenaje a mi habitación.

Mi Habitación

Mi habitación es mi propio ecosistema:
Frascos milenarios de infinitas variedades de cremas 
se mezclan 
con pinceles, con zapatos, con retazos de energía
con un ciempiés gigante que sale todos los días 
de una tubería 
del baño 
y no he podido matarlo…
Lo miro y me da pena, o me espanto…
Creo que ya nos hemos acostumbrado
el uno al otro.
…Mil y un cachivaches, viejas cartas de amores 
del colegio, y los tampones, pantis colgando, pinchos y rolos 
hacen un esfuerzo 
por ganarse su espacio… 

La televisión es muy grande y casi nunca la uso, 
estoy pensando 
en venderla… Los libros ya son demasiados
pero me gusta 
el polvo sabio y sedoso
de sus hojas 
frágiles, 
me gusta mirarlos y usarlos
de bandeja 
cuando pico mi tabaco…
Aunque hace años que no fumo.
O lo pretendo. 
Hace años
Que estoy diciendo 
que pintaré las garabateadas paredes de blanco.
Que comenzaré de nuevo.
Que superaré mi complejo
de Peter Pan.
Todos los domingos me prometo
que abriré todas las gavetas 
y vaciaré mi alma, 
Pero bueno, bueno, bueno,
digamos que no me da el tiempo… Y siempre prefiero 
ir a la playa, mirar el techo o chupársela,
que incursionar en esta misión intergaláctica…
Además
la verdad es que no encuentro 
un lugar mas dulce 
un lugar mas tierno
cuando llego un poco borracha, 
cuando la noche se vuelve muy larga,
Mi habitación me abraza,
Me llama 
por mi verdadero nombre.
Me recibe como una madre.
Me esconde
Entre todos sus colores.
Me gusta como me cuenta todas mis historias, 
si, ella las sabe todas 
Y me calma
Y me habla 
muy despacio 
Hasta quedarme dormida 
suavemente, 
entre sus brazos.

Soledad – bolígrafo y sharpies sobre papel

Algunas cosas no tienen título de una vez

Me siento ligeramente perdida, 
como atontada por el olor de la felicidad. Despistada.
Pero tan confiada, tan segura de este lugar salvaje encontrado al azar.

Me detuve por curiosidad 
a mirar
qué había del otro lado del río…
El agua corría transparente y sin destino.
Se veía interesante. 
Un paisaje más natural, más genuino.

Al cruzar me di cuenta de que no iba a ser como me habían dicho 
o como yo misma había creído
y ninguno de mis amigos
me advirtió 
que en realidad no existía un camino preciso 
que seguir, no habían huellas, 
no había más nada que flores y hierbas.
Montañas altas como murallas pero dulces, 
suaves como una caricia.

Se veían imponentes pero perfectamente alcanzables.


El sol apuntó con un rayito tímido hacia delante, 
hacia los sueños, el amor y el horizonte.


Vislumbré tu cara, tus manos entre los árboles,
el viento me susurraba claramente tu nombre.
Y fue sencillo olvidar todo lo demás, 
como si todo lo demás no hubiera sido 
más que un pasillo 
didáctico.


Los colores me cegaron.


Pensé, no pensé 
comencé a caminar sin saber
lo que pensaba.
Sin querer dejó de interesarme la respuesta.
Con cada flor y cada silencio la pregunta se hacía más y más perfecta.
Menos respondible.
Menos responsable.
Sin horarios estuve por algunos días.
No había tareas, compromisos ni acuerdos, ni frías citas, ni encuentros por conveniencia vacía.
La lluvia mojaba todo por igual, las manos no tenían guantes.

El reloj ya comenzaba a parecerme una cosa despreciable
con su carita seria y sus movimientos de sentencia
uf! ya no podía verlo más sujeto a mi muñeca.
Así que lo dejé
contando solitario un tiempo inexistente,
entre piedras y mierda de caballo.

De noche salieron todas las estrellas y una luna cortada por mitad
me sonreía.
Era magia, pero no lo era, eran cosas comunes sentidas 
de otra manera.
a través de los grandes ojos de mi experiencia.


Un paseo, un café, un beso, 
una servilleta, 
sexo,
eran las mismas palabras, pero al decirlas eran nuevas.
Los significados se miraban entre sí, 
se movían, se empujaban
se ajustaban
Como si de repente hubiera despertado el diccionario
de mi alma.

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